Las obras de Luis Fernando Suárez buscan la reflexión individual ante desafíos sociales
Hendiduras de la memoria, su obra más reciente, no solo destaca por su estética, sino también por su potente mensaje social y medioambiental.
Desde su infancia en Colombia, Luis Fernando Suárez fue alentado por sus padres a explorar su pasión por el arte. A los 24 años, decidió emigrar a Canadá, donde ha desarrollado una exitosa carrera como artista plástico. A pesar de vivir en el extranjero por casi tres décadas, Suárez afirma que sus raíces latinoamericanas siguen siendo una parte integral de su identidad: "El folklore, la comida y la cultura están completamente al interior de mi sangre, de mi cuerpo", expresa con convicción.
El estilo distintivo de Suárez se caracteriza por la combinación de formas abstractas, texturas ricas y colores vibrantes. Utiliza una variedad de medios, incluyendo yeso, acrílicos y tintas, sobre superficies como lienzo, lino y madera. Esta técnica le permite crear obras que no solo atraen visualmente, sino que también invitan al espectador a tocarlas, haciendo de la apreciación del arte una experiencia sensorial completa.
Sus exposiciones han sido ampliamente elogiadas en Latinoamérica. Actualmente, en México, presenta su obra más importante hasta la fecha, Hendiduras de la memoria. A través de 19 piezas y 5 obras en papel, Suárez aborda temas humanos, políticos y medioambientales, buscando despertar en el público una reflexión profunda sobre la responsabilidad individual y su impacto en el entorno.
"Como artista plástico siento que tengo una labor de educación, mis obras son simplemente una excusa para ayudar a transmitir un mensaje", afirma Suárez. Su arte, cargado de emoción y gestualidad, refleja su cultura latinoamericana, donde las interacciones táctiles y familiares son fundamentales. "Las grietas tienen relación con la memoria, como cuando una persona mayor tiene arrugas en la cara o tienes cicatrices en el cuerpo, eso es lo que muestra el carácter de mi obra: lo vivido", explica.
En sus obras, Suárez emplea elementos naturales como tierra y minerales para añadir profundidad y matices. Esta metodología no solo captura la atención del espectador, sino que también despierta un deseo de conexión física con la obra, haciendo que la experiencia sea aún más impactante.
El artista también se ha comprometido a estudiar las lenguas indígenas de Latinoamérica con el objetivo de crear una serie de obras pictográficas. Suárez espera que esta iniciativa resalte la importancia de preservar las lenguas y culturas de las tribus indígenas.
Luis Fernando Suárez nos invita, a través de su arte, a cuestionarnos y actuar. Su obra no solo es una expresión estética, sino una herramienta poderosa para generar conciencia y promover un mundo más justo y equitativo. Hendiduras de la memoria sigue resonando como un testimonio del poder del arte para incitar cambios significativos en la sociedad.
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