Esponja al bañarte puede perjudicar tu piel
Expertos en dermatología advierten sobre los riesgos de sobreexfoliar la piel con esponjas
Frotar el cuerpo con esponja para remover el sudor y la suciedad es parte de la rutina de baño de millones de personas. Sin embargo, esta práctica no es recomendada por expertos en dermatología debido a sus efectos adversos en la piel.
El principal motivo para no usar esponjas al bañarse es que estas provocan una sobreexfoliación. Si bien la exfoliación es necesaria para rejuvenecer la apariencia de la piel, mejorar su textura y facilitar la absorción de productos de cuidado, hacerlo en exceso puede ser perjudicial. Sobrexfoliar la piel impide su exfoliación natural, causando irritación y daño.
Expertos señalan que tallar la piel con esponjas puede causar lesiones y manchas, algunas de ellas irreversibles. La fricción constante genera inflamación, la cual puede producir células de pigmento, derivando en condiciones como la melanosis friccional. Esta condición se caracteriza por manchas oscuras en áreas sometidas a fricción constante, como cuello, axilas y entrepierna.
Además, las esponjas de baño pueden convertirse en un criadero de bacterias, hongos y moho debido a su constante exposición a ambientes húmedos. Si no se secan adecuadamente, la humedad facilita la multiplicación de microorganismos dañinos. La textura abrasiva de algunas esponjas puede irritar la piel, eliminando la capa protectora de aceites naturales, y llevando a una sequedad excesiva, descamación o pequeñas heridas que podrían ser puertas de entrada para infecciones.
Para evitar estos problemas, los dermatólogos aconsejan reemplazar las esponjas regularmente, cada tres o cuatro semanas, o utilizar alternativas menos abrasivas y más higiénicas, como paños de baño de algodón o simplemente las manos. Estos métodos ofrecen una limpieza efectiva sin los riesgos asociados al uso de esponjas.