
China, México y Canadá tomarán medidas contra nuevos aranceles impuestos por EE.UU.
Los principales socios comerciales de Estados Unidos rechazan la medida de Trump y anticipan respuestas económicas que podrían escalar el conflicto.

Estados Unidos impondrá nuevos aranceles a China, México y Canadá a partir de este martes 4 de marzo, lo que ha generado reacciones inmediatas por parte de estos países. La decisión, anunciada por Donald Trump, contempla gravámenes del 25% para México y Canadá, además de un 10% adicional para China. En respuesta, las tres naciones afectadas han anunciado medidas de represalia que podrían intensificar las tensiones comerciales.
China expresó su rechazo y advirtió que tomará “contramedidas” para defender sus intereses. El Ministerio de Comercio chino calificó la medida como injustificada y afirmó que responderá con acciones concretas. La noticia ha generado caídas en las bolsas de valores de Japón y Hong Kong, reflejando la preocupación de los mercados ante una posible escalada comercial.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum pidió calma y aseguró que su gobierno tiene planes de contingencia. "Hay que tener temple, serenidad y paciencia", declaró en una conferencia de prensa, enfatizando que su administración cuenta con diversas estrategias para mitigar el impacto de los aranceles y mantener la estabilidad económica del país.
Por su parte, Canadá adoptó una postura más agresiva. El primer ministro Justin Trudeau anunció la aplicación de gravámenes del 25% sobre bienes estadounidenses valorados en 155.000 millones de dólares. "Nada justifica estas medidas", afirmó Trudeau, dejando claro que su gobierno no permitirá que Estados Unidos imponga restricciones sin consecuencias.
La justificación de Trump para esta política comercial se basa en su afirmación de que los países afectados han permitido el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos. Sin embargo, tanto China como México han negado estas acusaciones y han señalado que la lucha contra el tráfico de drogas es una responsabilidad compartida.
Con las represalias ya anunciadas, la tensión entre estos países podría escalar a una guerra comercial de mayores dimensiones, lo que incrementa la incertidumbre económica global.
