Claves para cultivar una actitud positiva y feliz
La psicología positiva revela cómo potenciar el bienestar y la felicidad
En un mundo lleno de desafíos y dificultades, la psicología positiva emerge como una herramienta esencial para mejorar nuestra calidad de vida. Esta rama de la psicología se centra en cómo los individuos pueden fomentar una actitud positiva y encontrar mayor felicidad en su día a día. Martin Seligman, el pionero de esta disciplina, ha demostrado que no solo podemos aprender a ser más felices, sino que existen métodos científicos para cultivar una mentalidad optimista.
Según la Real Academia Española, ser positivo se define como una inclinación a ver el aspecto favorable de las cosas. Sin embargo, esta definición simplificada no abarca toda la profundidad de sus beneficios. En lugar de ver la vida a través de una lente ingenua, la psicología positiva nos enseña a valorar los aspectos positivos mientras somos conscientes de los desafíos y dificultades.
Seligman, al construir sobre el trabajo de psicólogos anteriores como Abraham Maslow, ha establecido que la felicidad y el bienestar pueden estudiarse y fomentarse de manera similar a cómo se estudian las enfermedades mentales. Sus investigaciones revelan que el optimismo no solo mejora la resistencia ante las adversidades, sino que también puede ser cultivado mediante la atención a tres dimensiones clave: el placer, la vida buena y el altruismo.
Primero, el placer se refiere a disfrutar de emociones positivas y duraderas. Seligman sugiere que para lograr esto, es fundamental equilibrar nuestro pasado, presente y futuro. Esto implica ser agradecido por experiencias pasadas, manejar las emociones negativas actuales y mantener una visión esperanzadora hacia el futuro.
En segundo lugar, construir una vida buena no se relaciona con la riqueza o el poder, sino con el sentido de plenitud y libertad. Seligman identifica 24 fortalezas de carácter distribuidas en seis áreas de virtud que pueden potenciarse: sabiduría, coraje, humanidad, justicia, moderación y trascendencia. Desarrollar estas cualidades puede contribuir significativamente a una vida más satisfactoria y enriquecedora.
Finalmente, el altruismo y la bondad juegan un papel crucial en la psicología positiva. Al servir a los demás y contribuir a nuestra comunidad, no solo mejoramos el bienestar de quienes nos rodean, sino que también experimentamos un aumento en nuestra propia felicidad.
A pesar de las críticas que recibe la psicología positiva por algunas interpretaciones superficiales en la autoayuda, esta disciplina se basa en investigaciones empíricas rigurosas que validan su enfoque. En resumen, ser positivo no significa ignorar los problemas, sino abordarlos con una mentalidad que resalte los aspectos positivos y que permita una vida más plena y equilibrada.