Los sentidos de los gatos: cómo perciben su entorno único

Los gatos, a pesar de compartir los mismos cinco sentidos que los humanos, experimentan el mundo de manera muy distinta. Entender esta diferencia puede fortalecer la relación entre los dueños y sus mascotas. Estos felinos, aunque utilizan vista, oído, olfato, gusto y tacto como nosotros, procesan la información sensorial de forma diferente, adaptándose a sus necesidades naturales.

La visión de los gatos, por ejemplo, es especialmente aguda en condiciones de baja luminosidad. Su córnea grande y en forma de cúpula les permite captar más luz, y sus pupilas verticales se ajustan enormemente en la oscuridad, facilitando la caza durante el crepúsculo. Además, poseen una capa reflectante llamada tapetum lucidum que amplifica su capacidad para ver en la penumbra, dándoles ese característico brillo ocular nocturno.

Sin embargo, su capacidad para ver detalles finos y distinguir colores no es tan desarrollada como la de los humanos. Los gatos tienen menos conos en la retina, lo que reduce la nitidez de su visión y la percepción de colores. Por ejemplo, un gato puede distinguir un objeto a 6 metros que nosotros veríamos a 30 metros. A pesar de esto, responden eficazmente al movimiento, compensando su visión menos detallada con una aguda percepción del entorno en movimiento.

Conocer estos aspectos de la percepción felina nos permite adaptar mejor nuestro entorno para ellos y fomentar una convivencia más armónica.