
Jaime Antonio Ferreira preserva la tradición del rebozo jaspeado
Ferreira ha impulsado la tradición del rebozo jaspeado, uniendo arte y activismo social en su obra, defendiendo derechos y visibilizando problemáticas actuales.

El rebozo jaspeado, una de las tradiciones textiles más emblemáticas de México, ha sido reivindicado por Jaime Antonio Ferreira, un artesano y activista comprometido con su conservación y difusión. Desde 2011, Ferreira ha dedicado su vida a esta labor, iniciando con los rebozos rayados y luego especializándose en los jaspeados, aquellos caracterizados por patrones únicos que se logran mediante la técnica del teñido ikat. A lo largo de los años, ha perfeccionado sus habilidades y se ha convertido en un defensor incansable de esta expresión cultural.
Ferreira adquirió su formación inicial en el telar de cintura bajo la guía de la maestra artesana Esperanza Valencia Mora en la Casa de las Artesanías de Morelia. Su aprendizaje continuó de forma autodidacta en el telar de pedal, una herramienta que adquirió en Pátzcuaro. Este proceso de autodescubrimiento estuvo acompañado de su formación en Historia en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, donde comenzó a profundizar en el estudio de los rebozos, inspirándose en los trabajos de la antropóloga Martha Turok.
En su búsqueda de conocimiento, Ferreira llegó a Jiquilpan, Michoacán, donde encontró "La Casita de Piedra", un proyecto para revitalizar la tradición del rebozo, impulsado por instructoras de Santa María del Río, San Luis Potosí. En este espacio, perfeccionó la compleja técnica del jaspeado, la cual consiste en realizar amarres en los hilos antes del tejido, lo que da lugar a los diseños tan característicos de esta prenda.
En 2015, un encuentro con Martha Turok cambió el rumbo de su carrera. Turok lo invitó al congreso “El arte del jaspe y del rebozo” en la Ciudad de México, donde presentó su trabajo y empezó a recibir reconocimiento en el mundo textil. Este primer contacto con el gran público fue solo el inicio de una carrera llena de logros. En 2018, Ferreira se alzó con el primer lugar en un concurso de textiles, y en 2023 obtuvo el tercer lugar en el Concurso Nacional de Textiles y Rebozo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
A lo largo de su carrera, Ferreira también ha utilizado el rebozo como un vehículo para la denuncia social. Ha creado piezas que visibilizan la discriminación hacia las personas homosexuales y las que viven con VIH, fusionando su talento artístico con un mensaje de inclusión. Asimismo, su labor como activista le ha permitido emprender proyectos para mejorar las condiciones laborales de las comunidades artesanales, beneficiándose de programas como Pro-Juventudes del IMJUVE.
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